Rey de Aragón, Mallorca, Valencia, Cerdeña y Córcega y Sicilia
Conde de Barcelona, Rosellón, Cerdaña y Ampurias
Fernando I de Aragón nació en Medina
del Campo, el 27 de Noviembre de 1380 y falleció en Igualada,
el 2 de Abril de 1416 a los 35 años de edad. Fue llamado también
Fernando de Trastámara, Fernando de Antequera, Fernando el Justo y
Fernando el Honesto. Así mismo, sería Infante de Castilla,
Rey de Aragón, de Valencia, de Mallorca, de Córcega, de Sicilia y
de Cerdeña (nominal); duque de Neopatria y de Atenas (nominal); conde
de Barcelona, del Rosellón, de Cerdaña; y regente de Castilla. Fue
el primer monarca aragonés de la dinastía castellana de los Trastámara,
si bien era de Aragón por la rama materna, pues su madre Leonor de
Aragón era hermana de Martín I de Aragón, llamado «el Humano».
Fernando era hijo segundo de Juan I de Castilla y de Leonor de Aragón, hermana del rey
aragonés Martín el Humano, y nieto, por tanto, del rey Pedro IV el Ceremonioso por vía
materna, y del rey Enrique II de Castilla, por la rama paterna. Tras estos antecedentes,
y dada la posibilidad jurídica de transmisión de la Casa de Aragón por vía materna, el
derecho aragonés le otorgaba un rango preferencial en sus aspiraciones a la corona de
Aragón tras la muerte sin descendencia masculina de Martín I el Humano.
A pesar de su condición de hijo “segundón”,
el trono de Castilla fue ocupado por su hermano el futuro Enrique
III en 1390. La escasa salud de éste (padeció enfermedades
como el tifus y la viruela, lo que le valió ser apodado “el
Doliente”) y el hecho de que no lograra concebir un varón que
heredara el trono, permitió que Fernando albergara esperanzas
de llegar a obtener el trono castellano; como demuestra el hecho
de que se casara en 1393 con su tía Leonor de Alburquerque,
con lo que reforzaba sus derechos dinásticos en el caso de que
su hermano falleciera. Sin embargo, el nacimiento de un heredero
varón, el futuro Juan II, en 1405, un año antes de la muerte
de Enrique III, acabó con las esperanzas de Fernando a ocupar
el trono de Castilla.
Al morir Enrique III el Doliente, en 1406, estableció en su testamento que durante la
minoría de edad de su hijo Juan II asumirían la regencia del reino su viuda y madre de
este, Catalina de Lancáster, y su hermano Fernando.
Las desavenencias entre ambos
corregentes -instigadas por parte de la nobleza- no tardaron
en aparecer, por lo que llegan al acuerdo de dividir el territorio
en dos mitades, correspondiendo a Fernando la zona meridional
del Reino, que se extiende por los territorios situados al sur
de la Sierra de Guadarrama hasta el reino nazarí de Granada,
lo que le permitirá reanudar la guerra contra dicho reino que
la muerte de Enrique III había paralizado.
Con la reanudación de las acciones militares contra el reino nazarí de Granada, Fernando
logra tomar Pruna y Zahara de la Sierra, pero fracasa en la conquista de Setenil, tras lo
cual es obligado por el Consejo de Regencia a firmar la tregua que por dos años había
ofrecido el rey nazarí Yusuf III.
Tras el periodo de tregua, Fernando
retoma la campaña granadina y conquista, el 16 de Septiembre
de 1410, la importante plaza de Antequera, que le dará su sobrenombre
más conocido.
En 1410, al morir su tío el rey Martín I de Aragón sin descendencia directa y legítima,
Fernando presenta su candidatura a la sucesión del trono aragonés y, aunque en un
principio se presentan hasta seis candidatos al trono, sólo Fernando y Jaime de Urgel
tenían posibilidades reales de éxito.
El poderío económico de Fernando,
su prestigio militar y su inteligencia política, le permitieron
contar con el apoyo de la familia valenciana de los Centelles
y de la familia aragonesa de los Urrea. Todo ello, unido a los
errores de Jaime de Urgel, la conspiración para asesinar al
arzobispo de Zaragoza, García Fernández de Heredia, y al apoyo
tanto de Benedicto XIII, como de su confesor, Vicente Ferrer,
inclinarán la balanza hacia la candidatura de Fernando, que
será refrendado, el 28 de Junio de 1412, en el llamado Compromiso
de Caspe, donde es proclamado rey de Aragón y de los demás estados
de la Corona de Aragón.
Tras jurar como rey el 5 de Agosto
en el Palacio de la Aljafería de Zaragoza -donde dos de sus
antiguos rivales para ocupar el trono, Fadrique de Luna y Juan
de Prades, le rendirán pleitesía- se dirigirá a Lérida, donde
representantes de su gran rival, Jaime de Urgel, le rinden vasallaje,
a cambio del ducado de Montblanch y de la concertación de un
matrimonio entre sus hijos Enrique e Isabel.
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A continuación, Fernando I se
dirige a Tortosa para entrevistarse con su gran valedor Benedicto
XIII quien, el 21 de Noviembre de 1412, le invistió como rey
de Sicilia, Córcega y Cerdeña a cambio del apoyo real en la
disputa que Benedicto mantenía con los otros dos papas, que
simultáneamente gobernaban el orbe cristiano: Gregorio XII y
Juan XXIII, en pleno Cisma de Occidente que dividía a la Iglesia
Católica.
Una semana después, el 28 de Noviembre, Fernando entraba en Barcelona, donde juró los
privilegios catalanes. En 1413 durante la celebración de las Cortes Catalanas que él mismo
había convocado, recibió la noticia de que Jaime de Urgel se había levantado en armas.
Con la ayuda de los estamentos de la nobleza catalana sofoca la revuelta y sitia al conde
de Urgel en el castillo de Balaguer, que es tomado el 31 de Octubre, tras lo cual el
antiguo pretendiente al trono de Aragón fue despojado de todos sus títulos y desterrado.
En las Cortes que había convocado
en Barcelona, Fernando I tuvo que ceder al denominado pactismo
catalán, doctrina que limitaba la autoridad real a favor de
las Cortes y de la Generalidad de Cataluña. Este movimiento,
encabezado por Joan Fivaller, manifestaba que "privilegi
atorgat tollent ley paccionada de dret, non val y que privilegi
atorgat contra ben publich es nul", por lo que estaban
"Decididos a darle antes su vida que la libertad". A pesar de
que Fernando tuvo que claudicar ante los consellers, su relación
con Fillavert no tuvo que deteriorarse, ya que le nombró albacea
de su testamento que otorgó el 10 de Octubre de 1415 en Perpiñán.
 Tras eliminar o neutralizar toda
oposición interior, Fernando I se dirigió nuevamente a Zaragoza,
donde será coronado en 1414 en el Palacio de la Aljafería, tras
lo cual dirige su atención a la política exterior.
Normalizó la situación interna de Sicilia con el nombramiento en 1415 de su hijo Juan como
virrey de Sicilia, logrando acabar con la guerra civil que desde el fallecimiento de
Martín el Joven enfrentaba a la viuda de este, Blanca I de Navarra, con el hijo ilegítimo
de aquel, Fadrique de Luna.

Pacificó Cerdeña, pactó una tregua con Génova y firmó tratados de amistad con Egipto y con
el reino de Fez (1414).
En la cuestión del cisma de Occidente, fue fiel a Benedicto XIII (el papa Luna o antipapa),
su protector, aunque intentó que renunciase al pontificado, para lo cual se reunió con él
en Morella (1414) y en Perpiñán (1415). La intransigencia de Benedicto, unida a la
decisión tomada en el Concilio de Constanza que destituyó a los tres papas, hizo que
Fernando le abandonara y le retirara la obediencia de sus reinos (1416).
El 14 de Marzo de 1416 enfermó
en Igualada, donde fallecería el 2 de Abril del mismo año.
De su matrimonio con Leonor de Alburquerque tuvo 7 hijos:
- Alfonso el Magnánimo
(1396 - 1458), su sucesor en el reino de Aragón, con el nombre
de Alfonso V, y rey de Nápoles, con el nombre de Alfonso I.
- María (1396 - 1445),
que se casó con su primo Juan II de Castilla.
- Juan el Grande (1397
- 1479), rey de Aragón y de Navarra con el nombre de Juan II.
- Enrique (1400 - 1445),
Duque de Alburquerque, Conde de Villena, Gran Maestre de la
Orden de Santiago.
- Sancho (1401? - 1416).
- Leonor (1402 - 1445),
que se casó con Eduardo I de Portugal.
- Pedro (1406 - ¿?), Conde
de Alburquerque.
Los restos mortales de Fernando I, reposan en los Sepulcros Reales del monasterio de Poblet.
Su sucesor será Alfonso V.
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