Lugar de la provincia de Huesca, situado junto al canal del Flumen. Tiene una población de 100 habitantes según datos del padrón de 2008 (INE 2009), de los que 39 son mujeres y 61 hombres. El censo de población para el año 2012 desciende modestamente a 94 habitantes Su altitud es de 418 metros sobre el nivel del mar. Dista de Huesca 28 kilómetros. Gentilicio: tramacetino.
    Primero fue Tramacet, y sólo a partir del siglo XVII cambió la ortografía de su nombre para llamarse Tramaced. El topónimo figura escrito Tramacet con fecha 5 de Abril de 1297, cuando Pedro I de Aragón dispuso que el sacristán de la catedral de Huesca pusiese canónigo en este lugar. Con posterioridad, en 1105, fue de realengo, ya que presenta como tenente a Blasco Fortuñones. Más tarde, el 6 de Febrero de 1233, Jaime I de Aragón dio a Artal de Foces las villas de Alquézar, Tramaced y Bespén.
     Poco se sabe aún del castillo tramacetino, aunque figura referenciado en un documento del 30 de Junio de 1258, por el que Jaime I de Aragón dio a Jimeno de Foces el castillo de Tramaced a cambio de Miranda. El 13 de Julio de 1309 el tal Jimeno de Foces vendió la villa -asi se denomina al lugar- a doña Urraca Jiménez de Embún. En el siglo XVI era del duque de Villahermosa, y en 1610, del conde de Luna, según Labaña.
     Su población actual es casi exactamente la misma que ya registró Madoz en 1845, en su célebre "Diccionario geográfico": 41 casas, 26 vecinos y 161 habitantes.

     Tramaced se sitúa junto al canal del Flumen, en su margen izquierda, a 28 kilómetros de Huesca, entre Sesa y Grañén. En el pasado fue sobrecullida, vereda y corregimiento de Huesca, sucesivamente, hasta 1834, que formó Ayuntamiento, aunque se unió a Usón once años más tarde. En 1950-1960 decidió separarse, sin embargo, para vivir su experiencia municipal independiente.
      Tramaced se asienta en la falda de la sierra de su nombre, de escasa elevación, y su arquitectura popular responde a las características propias de la comarca. Su iglesia parroquial está dedicada a San Miguel y es de estilo renacentista. Tiene también una ermita dedicada a la Virgen del Puyal.



      Durante su visita, el viajero disfrutará del silencio y paz en sus limpias calles, así como de unas excelentes vistas de la llanura que rodea a la villa.