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Montañana
Lugar de la Ribagorza Oriental, prácticamente deshabitado, que pertenece al
municipo de Puente de Montañana. El pintoresco pueblo se comunica mediante un
corto desfiladero de 1 Km. de distancia con el amplio valle del Noguera Ribagorzana,
por una pista local que empalma con la N-230.
Está situado a 630 m. de altura y pudo ser uno
de los lugares más meridionales del Condado de la Ribagorza, sufriendo las correrias
de Abdelmalik (1017). Esta ribera se anexionó al vecino Pallars como demuestra
la consagración de la iglesia de San Martín en Montañana por el conde Ramón
III del Bajo Pallars (1026). Probablemente, continuaría vinculado al Condado
del Bajo Pallars hasta su unión a la Corona de Alfonso II, quien asedió este
castillo (1190) -según Zurita-. Jaime II incorporó Montañana al Condado de Ribagorza
cuando lo restauró para su hijo Pedro (1322). El caserío alto de Montañana,
de vistoso tipismo, está en la ladera de un promontorio rocoso que flanquean
dos riachuelos que se unen a sus pies. En su cima, hay una plataforma en cuyo
extremo se eleva la torre ya al borde del precipicio; mide 9 metros de diámetro
aproximadamente y la mitad que mira a la iglesia, se derrumbó. Aún se
aprecian los arranques de sus 4 plantas y algunas saeteras. Es posible que date
de la primera mitad del siglo XI, y tal vez fuera precedida de un recinto amurallado.
La iglesia de San Martín, distante unos 40 metros,
conserva su estructura
románica de nave única, ábside semicircular y portada con arquivolta, escultura
en el tímpano y capiteles (siglo XII). El campanario es elevado, rectangular
y decorado con arquillos ciegos de traza gótica (algo escaso en Aragón -de los
siglos XIV al XV-).
Montañana conserva otros elementos de fortificación,
que la hacen un interesante conjunto unido al tipismo del caserío y a otra iglesia
románica situada en la parte baja. Todo el caserío alto estuvo encerrado en
una cerca que conserva su puerta única, de arco semicircular con dovelas, y
otra esbelta torre cuadrada, de unos cinco metros de lado situada a media ladera.
Encima de otro espolón separado por el valle, se eleva otra torre cilíndrica
en mal estado de conservación. Pese a su abandono, Montañana merece atención
como Conjunto Histórico Artístico, como fué declarado el 15 de Diciembre de
1974. Destacan pues, en su área urbana, importantes restos medievales en tres
torres defensivas, murallas y varias iglesias románicas (Santa María de Baldés
y San Juán -ambas del siglo XII-).
Existe una tradición acerca de Nuestra Señora
de Baldés. Hubo una aparición que ocurrió a poca distancia de la villa, junto
a una casa conocida como `Mas de Felip' a cuyo servicio había un pastor que
tenía un brazo baldado. La Virgen se le hizo visible y le encomendó el encargo
de que comunicase a los montañanenses que, por aquellos lugares habrían de encontrar
una imagen a la que darán culto y honores. Como prueba de su deseo, sanó el
brazo del pastor. Convencidos todos, acudieron al lugar en procesión y encontraron
allí una imagen en piedra blanca, muy parecida al mármol, de pié, de casi tres
palmos de altura, y con un Niño Jesús que tenía en su mano izquierda una perdiz;
con la mano derecha cogía una de las alas del animal al mismo tiempo que, muy
risueño, ofrecía el dedo índice al pico del ave. Tomaron la hermosa imagen y
la llevaron a su iglesia parroquial, colocándola en un altar lateral. Por algún
que otro fenómeno, la imagen no tardó en aparecer en el centro del altar mayor
en el lugar que ocupaba el titular de la parroquia (el mártir San Ponce), al
tiempo que éste, pasaba a ocupar el lugar que originariamente tuvo la imagen
de Santa María. Este prodigio obligó a los montañanenses a construir un nuevo
y valioso retablo mayor, en cuyo centro fué colocada la efigie de la Virgen.
* Recopilado por M. Tomé