Oasis
en la llanura,
camino al embalse de la Sotonera
Lugar de la provincia de Huesca,
situado en la comarca de la Hoya, perteneciente al municipio
de Lupiñén-Ortilla. Habitantes, pocos mas de 200. Altitud: 469
metros sobre el nivel del mar. Dista de Huesca 20 kilómetros
y el gentilicio es lupiñense.
El desvío se encuentra a la izquierda
de la carretera de Ayerbe (la N-240, de Huesca-Pamplona), frente
a Esquedas, en dirección al embalse de la Sotonera, todavía
en la llanura, dentro de la Hoya de Huesca.
Lupiñén se tiende a la izquierda
del viajero, casi a continuación del castillo de Oitura. A la
derecha, adentrándose, se distingue Las Casas de Nuevo. Los
campos de labor llegan hasta el casco urbano, junto a las viviendas
y dependencias agrícolas. Algunos árboles sombrean el entorno.
Lupiñén se asienta horizontalmente,
con su trazado un tanto irregular, pero con calles anchas; tanto
que hacen innecesarias las grandes plazas. Las construcciones
son, en su mayoría, de cantería y tapial. En realidad, la piedra
sillar cumple únicamente para configurar los zócalos y rematar
las esquinas de los edificios. El conjunto resulta grato. Uno
siente la sensación de haber encontrado un oasis en la llanura
donde se extienden las tierras de labor.
Una cruz de término da la bienvenida
al viajero. No parece anterior al siglo XVIII. Y una fuente
pública de ocho caños, manando de un muro de slleria para dar
solidez al agua, mitigaría la sed del caminante.
La torre de la iglesia parroquial
de San Martín es románica. Sube de planta cuadrada, con tres
cuerpos, aunque no alcanza gran altura, ni siquiera con el aditamento
de su pronunciado chapitel octogonal, en forma de pirámide.
En su último cuerpo se aloja el campanario, con dos vanos de
arco de medio punto por cada uno de los lados, para que se esparza
libremente al viento la voz de bronce.
Curiosamente, el edificio de la
iglesia, no se corresponde con la época de la torre, ya que
es obra bastante posterior, de los siglos XVI y XVIII. Tiene
planta de cruz latina y se cubre con bóveda de lunetos, en tanto
que el crucero lo hace, como es habitual en estos casos, con
la correspondiente cúpula sobre pechinas. En los laterales se
abren capillas, cubiertas con bóvedas de terceletes y combados,
cuando no, con bóveda rebajada elíptica. Los retablos son de
los siglos XVII y XVIII.
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Lupinén cuenta además, con dos
ermitas dedicadas a Nuestra Señora de la Huerta y a San pedro
Mártir respectivamente. La primera de ellas, costa de una nave
con cubierta a dos aguas y es de reciente construcción. La segunda
fue levantada en el siglo XVII y se compone así mismo, de una
nave de tres tramos, con portada de arco de medio punto.
El topónimo del lugar, proviene
del nombre romano de persona, Lupinus o Lupinius. Se constituyó
en Ayuntamiento en el año 1843, después de haber sido respectivamente,
sobrecudilla, vereda y recogimiento de Huesca. Su término municipal
comprende los caseríos de Algas, y de Oitura, y los núcleos
de Campiés, las Casas de Nuevo -Nuevo simplemente, o
Montenuevo-, Ortilla y Turrillos. En 1970-1980 se fusionó con
Ortilla para formar el nuevo municipio Lupiñén-Ortilla, con
capitalidad en Lupiñén.
La primera mención del lugar,
según Ubieto-Arteta, aparece en el "Cartulario de Santa Cruz
de la Serós", el 30 de Marzo de 1097, en el que se cita un alodio
de "Lupiniene". Dos años después, en Marzo de 1099, Pedro I
de Aragón, dio la iglesia de "Lopingen" -así aparece escrito
en este caso- al Monasterio de Montearagón. En 1178, vuelve
a parecer como "Lopingen" , en la "Colección diplomática de
la catedral de Huesca", cuando se alude a "D. Rodrigo del Su".
Finalmente, el término paso al
poder de la orden del Hospital, encomienda de Aniés, que continuaba
ostentando la propiedad en 1610, según Juan Bautista Labana.
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