Céntrica,
histórica
y tradicionalmente comercial.
Esta calle, obstenta el nombre
del más genial de los pintores aragoneses y uno de los mejores
del mundo. Don Francisco de Goya y Lucientes nació en Fuendetodos
(Zaragoza) el 30 de Marzo de 1746, iniciando sus primeros pasos
artísticos en el taller de dorador que su padre tenía
en Zaragoza. Trabajó también en el taller de Luzán y entró en
contacto con Francisco Bayeu, quien le facilitó el traslado
a Madrid, con el apoyo igualmente de la poderosa familia de
los Pignatelli, Condes de Fuentes. De su etapa juvenil destaca
el oratorio del palacio de los Condes de Gabarda en Zaragoza,
la decoración de la bóveda del Coreto en el Pilar y la cúpula
del santuario de Nuestra Señora de la Fuente en Muel. Su obra
maestra es la Cúpula Regina Martyrum del Pilar de Zaragoza (1780).
Por aquel entonces realiza también la decoración mural de la
Cartuja de Aula Dei, cercana a Zaragoza.
Retratista cortesano y regio
(La Familia de Carlos IV), también sabe captar la vida
popular (La Pradera de San Isidro y la serie de grabados La
Tauromaquia). Pero será la guerra de la Independencia
quien le marcará una huella que, junto a su progresiva
sordera, tenderá a agriar más y más su carácter. Su humor negro,
manifestación de un mundo vesánico y extraño, se había hecho
patente ya en los Caprichos, pero ahora reflejará todo el desgarro
y el dolor de sus vivencias en la serie de Los Desastres, o
en los Fusilamientos; su trasfondo surrealista quedará patente
en las pinturas de la Quinta del Sordo. Tras su exilio en Francia,
fruto de su constante insatisfacción y rebeldía, muere en Burdeos
el 16 de Abril de 1828.
La calle de Goya se le conoce
popularmente -aún hoy- como el Alpargán, en recuerdo de la antigua
puerta de este nombre que allí existió, y que
fue uno de los accesos a la ciudad, procedente del camino del
Este que cruzaba el Isuela y atravesaba la Morería (c/ Lanuza).
El arco todavía se conservó hasta 1878, fecha en que
fue derribado. La calle del Alpargán fue mucho más estrecha
y angosta, puesto que en el lado de la Correría se alzaba la
iglesia del Espíritu Santo. Precisamente detrás de ésta, hacia
la mitad de la actual calle, estuvo antiguamente la plazuela
de San Julián, donde hubo mercado al menos en el siglo XV, y
cuyas casas adyacentes eran tributarias de la Cofradía del mismo
nombre, radicada en la iglesia de Sancti Spiritus. En 1877 hubo
polémica por el posible cierre de esta calle -llamada entonces
de Mozárabes- mediante pilones, y así impedir el tráfico
de caballerías y carruajes, debido al mal estado en que se encontraba
esta vía pública.
Es una calle rectilínea, con
mínima desviación, que comenzando en el Coso Bajo, termina en
el tercio final de la calle de Ramiro El Monje ("La Correría"),
justamente donde se encontró durante años la farmacia de D.
José Antonio Llanas Almudévar, alcalde que fué de Huesca entre
los años 1979-1983. En esta parte, precisamente, la calle
resulta más ancha, provocando la sensación de que intentara
ser una minúscula plazuela, a pesar de sus diminutas proporciones,
si no fuera porque las aceras permiten -en ambos lados- el estacionamiento
de vehículos.
La calle no resulta excesivamente
larga; tan apenas 20 números en los pares. Pero a pesar de ello,
ha conseguido dar mucho juego, logrando un importante protagonismo
histórico, muy marcado ya desde antiguo por sus actividades
comerciales. La importancia de sus vecinas calles y plazas,
se ha significado en la calle de Goya, ya que las Plazas de
López Allué (antiguo mercado) y la de San Pedro, han ejercido
gran influencia haciendo de esta calle, un paso obligado para
llegar a ellas. Lo mismo sucede si lo que pretendemos es ir
a la plaza de la catedral desde el Coso Bajo; en tal caso iremos
por Goya - Pza. de San Pedro - S. Salvador - Las Cortes - Catedral.
Es pues, una calle totalmente integrada en el casco antiguo
de la ciudad, que pertenece a la parroquia y barrio de San Pedro
el Viejo.
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Otro influencia histórica, la
constituye la proximidad a la calle de Lanuza, donde residieron
tradicionalmente buen número de hortelanos que propiciaron,
en gran medida, la proliferación de comercios de alimentación
y verdulerías. Pero en la calle de Goya, han habido comercios
de distinta clase: ultramarinos, carnecerías, fonda,
ferretería, herrería, almacén
de hielo (en pasaje Nevería), muebles, panadería
y repostería, peluquería, textiles, manualidades, enmarcaciones,
autoescuela, regalos, joyería, agencia de viajes, reparación
de calzado, pub, .....
En lo que es un pub, estuvo "casa
Navalés", que fueron unos ultramarinos. En el primer piso, vivía
la Sra. Vicenta, quien tenía un lorito -llamado Pedrito- que
hablaba a los viandantes y que con frecuencia se escapaba, obligando
a su captura repetidas veces; generalmente en la manguera de
tendido eléctrico que cruza la calle.
En la Travesía del Cisne, estuvo
la carnecería Gil Jalle cuyo primer propietario fuera D. José
Gil; luego sería Carnicería Paúles, para hoy ser tienda de textiles
(Cortinas Nativel). En frente, la herrería del Sr. Bergua, que
está ocupada hoy por El Partidero. El taller de artesanía L'Alpargán,
fueron unos ultramarinos, como la próxima tienda de ropa de
cama y mesa, Candela
Murillo -en el nº 9-, fué antiguamente una verdulería,
de la familia Lera. Donde está hoy Donald y sus amigos -tienda
para niños- estuvo La Española, popular establecimiento de Hospedaje,
Bar y Fonda.
Al principio de la calle, y esquina
Coso Bajo, en los números pares (en lo que fué Argenta), existió
la Casa del Fumador, único establecimiento de estas características
en Huesca. A continuación, se encontraba Casa Toribio, peculiar
y diminuta tienda de encurtidos a granel (pepinillos, cebolletas,
aceitunas, ...), tan popular, que con frecuencia había que guardar
cola en la calle. Más arriba, esquina a la calle La Palma (pasaje),
Larroche, que fue bar y Peña, de los primeros en tener futbolines
en Huesca. Posteriormente se instalaría una droguería.
De estos establecimientos, hoy no queda ni rastro.
Hay gran surtido comercial de
la calle Goya. En los números pares, encontramos:
Muebles Gabarre, Novedades Bernabé (Tejidos),
Silvia Llorente (artesanía de la plata), Pan y
Repostería Santolaria, Enmarcaciones El Partidero,
reparación del calzado KIKO'S, Musical Pardo,
Frutas Goya. Hortalizas, El Barato (ropa de vestir),
Glauka (Agencia de Viajes). En los números impares:
pastelería Soler (solo escaparate), Regalos
Gabarre, Autoescuela Goya, Argenta (platería),
Candela
Murillo (ropa de cama y mesa), Artesanía
el Alpargán, Cortinas Nativel, Donald y
sus amigos y Pub Bugalú (hoy cerrado)
De los más veteranos, fué la Ferretería
Pardo, con orígenes en 1934, si bien su fundador D. José Pardo
Turón, parece que dos años antes, tuviera el comercio instalado
en lo que hoy es Nativel. Regentada ya la ferretería por D.
José María Pardo Sánchez (hijo del fundador), se amplió
con una sección de instrumentos musicales, que es lo que actualmente
se conoce como "Musical Pardo". La ferretería como tal, desapareció
en la última década del siglo pasado.
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