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Número 0. Marzo de 1998. English language Menú pfrincipal

El Castillo de Montearagón

 

Este castillo, es una posición fortificada construida entre los años 1086-89, por Sancho Ramírez y su hijo Pedro, con el propósito de disponer de una base de apoyo contra la ocupación árabe de Huesca y ayudar a la conquista de la ciudad. En su alrededor creció una villa ya desaparecida. Como el castillo debía de amparar esa villa de reciente creación, se le dotó a aquel, de una iglesia debidamente cumplida. Se fundó una Capilla Real y la comunidad de canónigos agustinianos de Loarre, se trasladó a ese castillo-abadía, constituyéndose así un centro religioso-mílitar. También se le llamó Real Casa de Jesús de Nazareno de Montearagón, por pertenecer a esa advocación y, quizá allí, estuviera asentado el primitivo Monasterio de San Victorián de Asán, desaparecido tras la invasión musulmana. Cierto es que, algunos escritos árabes aseguran que "monte Aragón" era muy famoso entre los cristianos. No obstante, siguió perteneciendo a la Corona, destacando entre sus tenentes Férriz, quien la disfrutó entre los años 1113 y 1146.

Las ruinas, están en el término de Quicena, cerca de la ciudad de Huesca, de la que apenas las separan 6 Kms, en dirección Sur Este, por la carretera que conduce a Barbastro y Lérida. El lugar, fué elegido para el reposo de los restos mortales de muchos monarcas. Los de Sancho Ramírez, permanecieron allí hasta su traslado a San Juán de la Peña; y los de Alfonso I el Batallador, hasta el siglo XIX, en que pasó a San Vicente el Real; de aquí irían a la capilla de San Bartolomé, en la iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca.

Vista del CastilloAlfonso II, concedió a los habitantes de Montearagón, privilegios de franqueza, mientras el Papa Clemente V otorgaba a los abades el uso de la mitra. El dominio de estos abades, se extendió a gran número de lugares e iglesias, especialmente cuando Juan I (en 1391) les vendió a aquellos, 23 de esos lugares, por 1.000 florines. Esta vida monástica de la abadía de Jesús Nazareno, continuó de modo ininterrumpido hasta que llegaron las leyes desamortizadoras de Mendizábal, allá por el año 1835. Muchos hijos de reyes fueron abades de Montearagón, como el mismo infante D. Fernando. En el siglo XII, Montearagón llegó a tener 104 iglesias, con unas rentas de unos 40.000 ducados aragoneses.

Entre los numerosos privilegios de los abades mitrados, gozaban el de tener asiento en Cortes de Aragón; pero todo esto, desaparecería al ser desamortizado y exclaustrado. Al final, el Castillo de Montearagón, se vendió por una irrisoria cantidad, ... al mejor postor; y éste, se llevó cuantos objetos de valor hubo, para después prender fuego al castillo y regalar sus ruinas a Isabel II. De ese incendio, solo se salvó el magnífico retablo de Gil Morláns el Viejo (1506), que está recogido en el Museo Diocesano de Huesca.

* Manuel Tomé Bosqued.


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