Cuando leamos algo que trate sobre El Santo Grial, sin ningún género de duda, nos encontraremos ante una narración basada en hechos históricos, con demostraciones objetivas y aportaciones que fluctúan, entre la tradición indemostrable y la leyenda aragonesa que, además tuvo una gran expansión por toda Europa. Por un lado, figuran San Lorenzo y la tradición carolingia y mozárabe de San Juan de la Peña, y de otro, los mitos germánicos.Todo esto, gira en torno a una copa de piedra que al parecer fue el Cáliz usado por Cristo en la Santa Cena. Este Cáliz, se ve formado de varias partes.

La COPA, que está labrada en cornalina de color rojo cereza, con vetas grisáceas. Sus dimensiones, son: 9'5 cm. de diámetro en la boca y 7 cm. de altura. Es procedente de un taller oriental greco-románico y está datado entre los siglos II - I a. de C..

El PIE, también de calcedonia, de forma ovoide, de naveta, con el reborde de oro, ... es de taller cordobés y fechable entre los siglos X al XII. Tiene grabada una inscripción árabe, de ruda ejecución ("lilzahira") que alude al palacio de Medina Azzahara. Pudo ser hecho por un artesano aragonés en la Edad Media, pero no en San Juán de la Peña, pues allí solo estuvo el Cáliz en su forma actual.

El NUDO, la orfebrería, las piedras (esmeraldas y berilios) y las perlas, son medievales. Las gemas vaciadas, eran una práctica habitual de los siglos XII y XIV. En el año 1399, pudo haberse acabado de montar el Cáliz tal y como lo conocemos hoy. Se guarda en la Sala Capitular construida en la Catedral de Valencia, a partir de 1536.

Una versión esotérica del Grial, sostiene que fue José de Arimatea, quien cogió la copa que sirvió para la Consagración en la Última Cena y la llenó con la sangre y el agua que manaron del costado de Cristo, tras herirlo Longinos. Pero parece más lógico que esta copa fuese guardada por el dueño de la casa (discípulo de Jesús), tras el rito de la cena, debido a su valor material, pero sobre todo su inmenso reconocimiento espiritual. No obstante, poco se puede afirmar de las vicisitudes del Cáliz, en estos tiempos y posteriores. La obscuridad histórica persistirá hasta 1399.

No se sabe cómo el Cáliz llegó a Roma, aunque todo hace pensar que fuese gracias a San Pedro (primer Papa). A Huesca, llegaría con San Lorenzo, dos días antes de su martirio (10 de Agosto del 258); y en el 713, estaría ya en San Juan de la Peña. También se dice que, entre el 712 y 713, lo llevó consigo el Obispo Acisclo de Huesca mientras huía de la invasión árabe. Posteriormente, habría un trasiego a la Jacetania (Borau), la Aljafería de Zaragoza, Barcelona y, finalmente, Valencia. Esta tradición que se ha relatado fué "contaminada" por la que nació en Europa durante la Edad Media, con una visión algo particular del Grial o "Graal", como se adivina: en los poemas épicos de Christian de Troyes; en el "Parcival" del Wolfram de Eschenbach o en los dramas de R. Wagner "Parsifal" y "Lohengrim".. La leyenda cuenta que en el Graal se guarda la sangre que manó de la herida del costado de Jesús, herido por el centurión. La lanza y la copa con la Sangre Divina, fueron rescatadas por Titurel quien, junto a otros caballeros, se convirtió en su guardián, en la cumbre del Montsalvat de los Pirineos, libres del dominio árabe. La hechicera Kundry, que se burló de Jesús cuando Él iba camino del Gólgota, fue condenada a vagar eternamente por la tierra, hasta que alguien redimiera su culpa; esta bruja, junto con otros magos y hechiceras, había lanzado una maldición sobre el Montsalvat, de modo que la sangre del Redentor no podía realizar la maravilla de ofrecer el Espíritu Santo a sus guardianes. Un joven héroe, llamado Parsifal, con la lanza que hirió a Cristo, terminará con el hechizo y obrará el milagro.

Hay una infinidad de cálices repartidos por todas las geografías y muchos personajes históricos relacionados con ellos: el mismo Juan II, Martín el Humano, etc., .... y bastantes autores y estudiosos en el tema: Gaspar Escolano (siglo XVII), J. Agustín Carreras, Ramírez y Orta (canónigo de Zaragoza), etc., ... Todos ellos han escrito y aportado opiniones; algunas, de escaso rigor histórico, como en el caso de Carreras. Pero la mayoría coinciden en que las distintas piezas que componen el Cáliz, en un momento determinado, se reunieron en San Juan de la Peña, donde serían montadas por un orfebre (más francés que mozárabe) en los principios del siglo XIV. Luego, y por otra mano, le sería aplicado el borde que tiene en el pié, con las perlas y piedras. Así era como estaba, cuando murió Martín el Humano en el año 1410. Tampoco puede excluirse, que alguna de estas manipulaciones se efectuaran en Barcelona, durante los años que allí permaneció el Cáliz, y que fueron los comprendidos entre 1399 y 1410.

* Manuel Tomé Bosqued.

Artículos Literarios del Altoaragón (Huesca, España)