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Origen del nombre de Pirineos
Un nieto de Noé, llamado
Túbal, vino a España tras el Diluvio, constituyéndose en el primer poblador
de la península. Fundó algunas ciudades (entre ellas Zaragoza, allá por el 2303
de la Creación), y llegó a ser el rey de Iberia.
Tenia Túbal una hermosa hija, llamada Pirene que estaba
dotada de todas las gracias de la femineidad. Esta fama de bella, llegó a los
oidos de Gerión, un monstruoso y gigantesco pastor tricéfalo, a quien no se
le ocurrió otra cosa que hacerla su esposa. Pirene, en absoluto accedió
y se negó a esa pretensión, con lo que Gerión, enfurecido,
intentó conseguirla por la fuerza luchando con Túbal , a quien derrotó.
La doncella huyó al Norte y se ocultó
en unas cuevas del monte bajo y áspero, en las proximidades del Mediterráneo.
Gerión, no obstante, y a pesar de encontrar su rastro no logró hallarla
entre los infinitos escondrijos de ese monte. Desesperado, toma la decisión
de incendiarlo, a fin de que allí terminen los dias de la princesa: "o mía
o de ninguno", debió de pensar el monstruo.
Hércules, que volvía de Italia cruzando Iberia, observó
la humareda que ya se extendía por toda la zona montañosa. Al acercarse al escenario
del incendio, oyó las voces de auxilio de la horrorizada Pirene; pero
ya era demasiado tarde. Cuando pudo rescatarla, ya agonizaba la princesa, aunque
aquella aún tuvo tiempo de contarle a él su historia.
Así pues, el sensible Hércules, piadosamente la enterró
en aquel lugar y como homenaje a su valor y belleza, le preparó el más monumental
mausoleo, cogiendo con sus poderosas manos las rocas del incendiado monte y
colocándolas unas sobre otras, hasta formar esa altiva y hermosa cordillera,
que en su recuerdo se llama desde entonces Pirineos.
Es una bella historia, pero nada segura. Los antiguos
la cuentan de mil maneras, y no dejan siempre tan bién parado a Hércules, aunque
en lo que si que coinciden es en la personalidad de ambos protagonistas.
* "Aragón Legendario", de Juán Dominguez Lasierra