Calles
de trazado mediveval
que culminan en lo alto con La Colegiata
Bolea pertenece a "La Sotonera",
ostentando la capitalidad, con poco más de 700 habitantes,
una altitud de 627 mts. de altura, dista 20 Km. a Huesca; su gentilicio
es boleano.
En la parte más alta del pueblo,
destaca la iglesia parroquial de Santa María, popularmente conocida
como la Colegiata. El pueblo asciende por sus bien pavimentadas
calles mostrando sus edificios remozados; algunos datan del siglo
XIX. Subiendo por la calle del Horno, estaba una tablilla, una llave
dibujada y una flecha con una leyenda "José Ontiñano"
(en el nº 20 de esta calle); es quien tradicionalmente guardó
la llave de la Colegiata. Más abajo se levanta la Iglesia de la
Soledad, pero aún hay más iglesias y ermitas, como son la de Santo
Tomás y la Virgen de Mueras. Las fiestas se celebran para San Bartolomé,
el 24 de Agosto.
Hay unanimidad en el origen de Bolea,
cuyo vocablo se acepta que procede del indoeuropeo "bols"
y el lugar nació como castillo simplemente; luego vendría
la influencia romana, pero más determinante sería la árabe
hasta Sancho Ramírez (1081). Fué aquí, donde Alfonso I "El
Batallador", el 11 de Enero de 1125, preparó su famosa expedición
a Andalucía. El castillo musulmán del Pueyo, tras la reconquista,
se convirtió en iglesia y todavía pregona su origen desde la cumbre,
con la maltrecha torre campanario a los vientos.
La Colegiata data en su fábrica actual
de 1535-1556 y fue realizada por el maestro Baltasar Barazábal y
su estilo es gótico tardío. Destacan sobre todo sus tres naves,
el retablo mayor, la sillería del coro y la portada, ....
Esta villa está situada
al NorOeste de la ciudad de Huesca, dominando las faldas del pico
de Gratal y sierra Caballera, a 656 ms. de altitud, sobre un promontorio;
desde allí se pueden contemplar las llanuras de la Hoya de Huesca
y la Sotonera regada por el río Sotón. Su economía está basada en
el cultivo de cereales, almendros, cerezos y olivos.
Hay explotaciones ganaderas, industria
textil, mecánica y ebanistería rústica, aunque muchos de sus habitantes
desarrollan su actividad laboral en la cercana Huesca. De su pasado
íbero -al igual que "Bolskan" (Huesca)- existen numerosas
piezas encontradas en la partida de Betance, de las que destaca
la figura de un león. A juzgar por los restos arqueológicos y numismáticos
hallados en la partida de Corona, debió de gozar de gran esplendor
en la época romana. No en balde, era paso obligado de las calzadas
principales hacia el Norte.
Bolea aún era musulmana cuando
el rey de Aragón Sancho Ramírez, en el año 1093, nombra a la villa,
priorato de la Abadía de Montearagón, privilegio que ostentaría
hasta 1571. En el año 1577, al pasar a depender del Obispado
de Huesca, el templo se convierte en Colegiata, con un capítulo
formado por un Vicario y nueve canónigos-racioneros, que recibían
los diezmos de toda la amplia comarca que desde su estratégica posición,
dominaba. En 1548, se incluye a Bolea entre las ciudades y villas
más importantes del reino de Aragón. En 1890 llegó a contar con
casi 2.500 habitantes. A raiz de la desamortización eclesiástica
(mediados del siglo XIX), la Colegiata va a perder todos sus privilegios
y se convertirá en iglesia parroquial, lo que es en la actualidad.
El edificio fué declarado Monumento Histórico-Artístico el 23 de
Febrero de 1983.
|
El Retablo Mayor, es una obra maestra
del Primer Renacimiento español realizado entre 1499 y 1510. Constituye
una combinación de 20 pinturas al temple sobre tabla, labor de mazonería
y 57 esculturas de madera policromada. La traza general del retablo
es gótica. Su estructura está compuesta de un amplio banco, un cuerpo
de retablo con 5 calles y 3 pisos, y un guardapolvo, que enmarca
el conjunto.
Destaca un magnífico tabernáculo-expositor
de fina madera policromada (el diseño recuerda los ábsides mudéjares
de las iglesias aragonesas) que sirve de peana de la talla central
de la Asunción de la Virgen. La labor de mazonería y talla, fué
realizada por Gil de Brabante (escultor flamenco que tuvo taller
en Huesca). Lo más excepcional de este retablo, lo constituyen las
maravillosas pinturas realizadas por un pintor, posiblemente italiano,
que permanece en el anonimato por falta de documentación escrita;
se le conoce como el Maestro de Bolea. Esta pintura será
imitada con posterioridad, en muchos retablos por el pintor Pedro
de Aponte, al que erróneamente se le ha atribuido la autoría de
este retablo. El Maestro de Bolea presenta unos rasgos estilísticos,
en los que se unen dos corrientes: la flamenca, por
la correcta resolución del concepto espacial y la aparición de la
expresión corporal en justa proporción;
y la italiana, -es la predominante- que proviene del
"Quattrocento" y nos muestra por primera vez en la Península Ibérica
el uso perfecto de la perspectiva, iluminación y sombreado (Última
Cena, Lavatorio, Descendimiento, etc.). Sobresale el colorido excepcional,
totalmente original, con una amplia gama de tonos rojos, verdes
y azules. El estilo de este maestro, está vinculado con la obra
de Juan de Borgoña, Pedro Berruguete y Santa Cruz, que pertenecen
a la Escuela Castellana. La iconografía del Cuerpo del Retablo,
hace referencia al Nacimiento de la Virgen, Anunciación, Nacimiento
de Jesús, Epifanía, Huida a Egipto, etc., ... La iconografía de
la predela muestra temas de la Pasión, Oración en el Huerto, Prendimiento,
Flagelación, Ecce-Homo, Vía Dolorosa y Descendimiento. Son tablas
de gran complejidad y labor compositiva. En el retablo se advierte
además, La Matanza de los Inocentes y la Última Cena.
Otras festividades son: San Sebastián
(20 de Enero) con popular hoguera. La Romería a Santa Quiteria (22
de Mayo). Comida medieval. Y la Romería a la Trinidad, el Domingo
posterior al Corpus Christi. Si visitamos Bolea no dejemos de probar
las cerezas, el jamón y el vino.
§§§§§§§§§§----------------
|