Histórico
lugar,
replanteado futuro
Lugar de la provincia de Huesca,
situado en la Hoya.
Habitantes: 193 (en 1999),
Altitud: 4,56 metros sobre el nivel del mar.
Dista de Huesca 5 kilómetros,
Gentilicio: monfloritano.
Desde Huesca capital, la distancia es mínima, de sólo
cinco kilómetros. Se pasa por delante del convento de
Santa Clara para enfilar la carretera en dirección a Molinos, lugar ya despoblado,
con desvío a la izquierda. Al
poco se avistarán, a la derecha del viajero, las gloriosas
ruinas del santuario de los Dolores.
Antes venían de doce Iugares -contaban, en MonfIorite-, y ahora solo acuden los vecinos
de Siétamo y los de Ola.
La tradición ha sido recuperada en parte. Para ello se
acondicionó el camino. Se plantaron chopos a fin de crear
una zona arbolada en torno a la ermita -en total, unas
dos hectáreas de superficie- y pinos bordeando el cerro.
También Ilegó la anhelada restauración, siquiera sea para
justiticar la presencia de los romeros una vez al año.
Quedaban en pie los tramos de cabecera, de planta trilbulada,
con tres ábsides cubiertos por bóveda de cuarto
de esfera, del siglo XlI, y restos de pinturas murales.
El primitivo nombre del lugar fue
Monteflorite. Cuentan que en 1176 ya había constancia de la ermita
de los Dolores, pues una tal "doña Viriata le dio la declina y primicia
del pueblo, además de dos cahizadas de sembradura y dos campos de
doce yugadas". Jaime I pleiteó por la propiedad de esta iglesia,
enfrentándose a los "ricos-homes" de Monflorite, al intentar erigir
en el santuario un convento de la Merced. Entonces se nombró árbitro
al obispo de Huesca, Domingo de Sola, el cual cedió la iglesia en
cuestión al convento de mercedarios de Huesca, el 23 de mayo de
1264. Por entonces era señor temporal del lugar Fortunio Bergua.
El 21 de Marzo de 1266, el mismo obispo ya mencionado cedió al Capítulo
de la Merced la cuarta parte de las décimas y primicias de la iglesia
en cuestión, y el documento correspondiente fue firmado por don
Sancho, hijo del rey. En 1391 se instituyó vicario perpetuo de la
iglesia parroquial de Monflorite a fray Pedro Guillamón, que ostentaba
la representación del general de la orden de la Merced. Esta situación
de dependencia se mantendría hasta 1722, en que los mercedarios
cedieron los derechos del patronato al duque de Villahermosa, a
la sazón señor de Monflorite.
También se cuenta que en 1533 padeció Huesca una
gran sequia, que provocó la correspondiente epidemia, y
todo ello cesó tras ser expuesta a la pública veneración,
durante ocho dias, la imagen de la Virgen de los Dolores.
La ciudad oscense, en agradecimiento, hizo voto de
ir todos los años en procesión a la ermita, con acuerdo del
obispo y del cabildo, celebrándose una misa; pero el voto
empeñado se rompió en 1641, por voluntad expresa del
entonces obispo, don Esteban de Esmir.
No es para extrañarse, por tanto, que los vecinos de
Monflorite hubieran puesto todo su empeño en tratar de rescatar la
tradición de su gloriosa ermita.
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El lugar se constituyó en Ayuntamiento
en 1834, y en 1845 se le unió Bellestar. Por fin, en 1960-1970 se fusionó
con Lascasas para formar el nuevo municipio de Monflorite-Lascasas,
con capitalidad en Monflorite.
El casco urbano se asienta en la llanura, cercado por
campos de labor, árboles y arbustos. Las acequias de riego
espejean entre la fronda. Se ven excelentes edificios de
piedra sillar, que conservan su antigua prestancia; otros
se ofrecen remozados. Las zonas ajardinadas embellecen
el conjunto. Al fondo en lo que fue una gran explanada se levanta el
Centro Cultural, que comenzó su andadura en
1985. Precisamente, a espaldas de este Centro Cultural, florece una moderna urbanización de
cómodas viviendas.
La iglesia parroquial está dedicada
a la Purísima Concepción. Tiene planta rectangular y consta de una
nave de cinco tramos que se cubren con bóvedas deprimidas de lunetos
semicirculares. La fachada presenta tres cuerpos separados por cornisas,
de silleria. A escasa distancia se levanta una torre de señorío,
con puerta de arquivolta apuntada en su fachada principal, y encima hay una
ventana geminada, de dos arcos apuntados, con escudos. Otras dos
ventanas similares adornan la fachada posterior. Y aún se abre otra
ventana semicircular en una de las fachadas laterales. Debajo, las
correspondientes saeteras. El conjunto se halla datado en el siglo
XV.
Blasco de Maza señoreó el lugar en el siglo XIII y, como
tal, en 1241, cedió Monflorite al convento de la Merced,
en contra de la voluntad del vecindario, lo que dio origen
al parecer, a los pleitos posteriores ya reseñados. En 1330
era de Lope de Gurrea, lo que ratificó Pedro IV de Aragón
en 1334. Labaña consignó el señorío del conde de Luna,
en 1610.
El restaurado castillo, muy cerca de la plaza mayor ofrece la majestuosidad de su torreón, para albergar un Centro de Interpretación.
Hay fiestas patronales los últimos días de
Agosto, en honor de San Fausto.
Monflorite se le conoce en los ambientes aeronáuticos
por su Escuela de Vuelos sin Motor, enclavada en su término municipal,
sobre un cerro próximo a la población.
Fue fundada en 1940, y su primer director, el capitán Peñafiel, la elevó
a rango internacional.
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